lunes, 16 de marzo de 2009

Un día y otro




Esta mañana la vida ha pasado deprisa ante mis ojos deteniéndose una vez más frente a frente mirándome, y me ha observado cansante y serena unos momentos y en un silencioso abrir y cerrar de párpados se ha burlado de mi, todo ha sido simple y profundo a la vez, me ha hecho sentirme impotente y ha seguido su camino una vez más...

Mientras yo estoy aquí parada en una estación sin saber que rumbo elegir, sin saber que rumbo tomar, me ahogo en un pozo de esperanzas e ilusiones que no se escapan de mi cabeza por miedo a morir aunque ni siquiera han llegado a nacer, sólo se disuelven en la paredes ocultas de mi subsconciente un día y otro, en las paredes de mi mente o de ese rincón más profundo de mi alma que nadie ha llegado a conocer ya que un velo blanco lo cubre y lo envuelve mimándolo un día y otro un poco más, hay días en que se percibe su transparencia aunque en breves instantes su tela se vuelve tan espesa como la telaraña que se va tejiendo sin pausa hasta quedar nueblado el hueco de la pared, ahora nadie puede hacerle daño.


Ese poder en mi dormido nace y muere sin razón, aunque nunca llega realmente a morir ya que no llega realmente a envejecer sólo permanece en el mismo estado de latencia inútil un día y otro, una noche y otra, un segundo y otro...


Esta mañana he mirado mi velo, permanece gris y pálido, esconde su luz potente que se apaga hasta quedar la añoranza de lo que nunca he sido, de lo que llevo escondido y ansiadamente guardado dentro de mi, he visto pasar el tiempo una vez más en mis ojos, he visto sueños en las profundidades de mi alma, he visto el deseo de transformar lo intransformable, el deseo de llenar de luz esa oscuridad, de sacar de la oscuridad esa potente luz que llevo dentro, de pasar de la parada estancada en que me encuentro un día y otro, de tomar un camino fijo que traspase el idealismo de mi mente, un rumbo fijo que me desencadene de la cadena de los sueños a la que me hallo atada un día y otro.


Hoy he visto que mis ilusiones se duermen poco a poco llegando a un sueño profundo que al fin y al cabo nunca llega a nada, y allí en una parada seca y vacía mis esperanzas vienen y van en otra dimensión tal vez muy lejos de aquí, aquellas esperanzas que no viven en nuestra dimensión por miedo a la terrible muerte del FRACASO, un día y otro.
1996 Meiko

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